Tengo una brújula que busca sonrisas perdidas y unos guantes de seda para no arañar el corazón de las palabras.

viernes, 31 de julio de 2015

Cuéntame la historia (detrás de tu zarcillo)

CUÉNTAME DE TI, LO QUE NO SÉ DE TI, LO QUE NO LE has confesado al cura, sin que sea el futuro  ni que sea el pasado. Dime cómo te sientes hoy, debajo de la lluvia con los zapatos secos. Échame un cuento, una anécdota que me haga reír a la mañana siguiente. Si te sabes alguna que dure mil y una noches. Enséñame los asteroides hasta que llegues al B 612. Señálame las estrellas sin mencionarme la Luna.
Revélame el desenlace de los que nunca se descubrieron.

Muéstrame quién eres cuando no tienes miedo. Tu deseo cuando soplas las velas. En qué piensas cuando cierras los ojos. Cuál es el cuadro que te mueve el piso, la canción que es tuya, el poema inédito. Háblame sobre París y si encontraste la respuesta. Enúmerame las botellas de vino que te tomas hasta que decides que estás enamorada. Confiésame cuál es tu perfume. A qué hueles cuando te sientes insuperable. Susúrrame al oído lo que se siente ser tú.

Descríbeme como pintas Cómo es tu autógrafo. Cuál es tu discurso de aceptación. Tu sonrisa de quinta finalista

Enséñame las hojas de tu pasaporte, las hojas de tu diario. Una fotografía que te haga feliz. Háblame de aquella carta que no terminas de botar. La historia detrás de tu zarcillo.

Dime quién eres cuando callas, quién eres cuando sueñas, pero sobretodo, quién eres cuando ríes.

Mencióname cuál es tu trago. Si metes los dedos en la hielera, Revélame cuántas veces has pensado en escapar. Cuántas noches te han sido eternas y si te han querido lo suficiente como para leer el periódico a la mañana siguiente.

Cuéntame de ese vestido. Cuéntame de ti.

Porque de mí sabes todo, aun cuando yo no sé nada sobre ti.

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