Arriba y abajo significan lo mismo cuando no se sabe dónde se está.
Tengo una brújula que busca sonrisas perdidas y unos guantes de seda para no arañar el corazón de las palabras.
jueves, 12 de noviembre de 2015
viernes, 6 de noviembre de 2015
Declaración de Contradicciones.
Toda tu vida lees cuentos de amor, ves películas, escuchas canciones y todo lo que se te pueda ocurrir.
Te dicen tantas cosas del amor pero jamás las entiendes hasta que te pasa. Literalmente un día los cables se juntan y lo entiendes, las estrellas se alínean, el cielo dice ''sí''. Entiendes el porque hay tantas obras de amor, porque la vida para y va a mil kilómetros por hora, porque se vuelve una necesidad, una obsesión, una droga. Te vuelves adicto a lo que te alimenta el alma.
Lo maravilloso de todo es que no lo entiendes, hasta que lo entiendes.
Te dicen tantas cosas del amor pero jamás las entiendes hasta que te pasa. Literalmente un día los cables se juntan y lo entiendes, las estrellas se alínean, el cielo dice ''sí''. Entiendes el porque hay tantas obras de amor, porque la vida para y va a mil kilómetros por hora, porque se vuelve una necesidad, una obsesión, una droga. Te vuelves adicto a lo que te alimenta el alma.
Lo maravilloso de todo es que no lo entiendes, hasta que lo entiendes.
domingo, 1 de noviembre de 2015
F.F
Que cuando ella no está conmigo
no soy más que un extranjero,
porque mi nacionalidad no es un lugar
es donde está su cuerpo.
Es porque ella coge con suavidad mis problemas
-como un cachorro entre las manos-
y me explica con ternura
que el mundo está ahí afuera esperándome.
Es porque no me ha entregado un amor de carreteras secundarias,
que no me hace falta dar un rodeo para llegar hasta sus centros.
Es porque me ha enseñado que no es buena idea
subir las escaleras del edén por el último peldaño.
Que a su lado he aprendido a hacerlo lento,
a no comerme corazones poco hechos.
Es porque ha conseguido que descansen mis cuadernos,
que mire con extrañeza hacia las habitaciones frías.
Es porque quemarse es otra cosa si se trata de su fuego.
no soy más que un extranjero,
porque mi nacionalidad no es un lugar
es donde está su cuerpo.
Es porque ella coge con suavidad mis problemas
-como un cachorro entre las manos-
y me explica con ternura
que el mundo está ahí afuera esperándome.
Es porque no me ha entregado un amor de carreteras secundarias,
que no me hace falta dar un rodeo para llegar hasta sus centros.
Es porque me ha enseñado que no es buena idea
subir las escaleras del edén por el último peldaño.
Que a su lado he aprendido a hacerlo lento,
a no comerme corazones poco hechos.
Es porque ha conseguido que descansen mis cuadernos,
que mire con extrañeza hacia las habitaciones frías.
Es porque quemarse es otra cosa si se trata de su fuego.
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